La religiĆ³n es seductora porque es un sistema que nos permite sentirnos parte de una ācasta especialā y medir cuĆ”n buenos somos con respecto a āla chusmaā, a los demĆ”s. Pero JesĆŗs, no hace distinciĆ³n entre nosotros. Ćl nunca sucumbioĢ al prejuicio, del āgrupo de pertenenciaā; de hecho, resumiĆ³ todo cuando dijo: āAmen a sus enemigos y oren por quienes los persiguen, para que ellos sean hijos del Padre que estĆ” en el cielo. EĢl hace que salga el sol sobre malos y buenos, y que llueva sobre justos e injustosā. Si queremos ganar al mundo, necesitamos limpiar el mensaje de salvaciĆ³n, liberĆ”ndolo de nuestros sesgos doctrinales. Ā”Seamos libres de la religiĆ³n artificial con esteroides!
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JesĆŗs desayuna en Starbucks
A veces podemos llegar a estar tan ocupados haciendo āministerioā que no tenemos tiempo para amar y servir a la gente real. Nos resulta mĆ”s fĆ”cil ofrecer palabras que acciones. Pero el cristianismo no es un sermĆ³n de domingo. Estamos llamados a imitar la vida de JesĆŗs, no a repetir versĆculos de la Biblia usando un lenguaje religioso. El llamado es para todos. Tratemos a la gente como nos gustarĆa que nos trataran. Amemos a quien tenemos delante. Recordemos que: Ā”nosotros somos el Evangelio!
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